En este documento se aporta una perspectiva más amplia de la fundación de la CISS. En el primer apartado se explica que, mientras Europa comenzaba el cambio de paradigma sobre la intervención del Estado en asuntos comunes, América se encontraba en un proceso intermedio, marcado por el auge de la economía estadounidense, el liberalismo en las Américas y el panamericanismo.
En el segundo, se describe cómo a raíz de la crisis de 1929 aumentó el interés de las naciones en los problemas del trabajo y la seguridad social, provocando que los gobiernos, que todavía estaban bajo la lógica del hemisferio panamericano, pensaran en construir su propia OIT: el Instituto Interamericano del Trabajo (IIT). Posteriormente, en el apartado tres, se explica que la crisis también generó un cambio acelerado en las percepciones americanas sobre la seguridad social y las relaciones globales, lo que provocó el surgimiento del interamericanismo: una política internacional basada en la cooperación regional sin intervención que permitiría la colaboración transatlántica frente a temas y enemigos comunes, como el fascismo. Esto le permitiría a la OIT expandirse en el continente y acabar con la idea de un instituto del trabajo americano durante la Primera Conferencia Americana del Trabajo en 1936.